Recuerdo que de joven luchaba por mi
derecho para ir al baño. Las únicas palabras que pronuncie en la primaria y
secundaria fueron: “Señorita, ¿Puedo ir al baño?”; “Profe, ¿Puedo ir al baño?”
Patético pero cierto. Que la Madre naturaleza te patee la vejiga, no tiene precio.
Es más, los profesores saben que no vas a descargar necesidades fisiológicas y
en ese momento comienza la improvisación. “Profesora, ¿Puedo ir al baño? Tengo
que tomar un remedio”; “me siento mal, me falta el aire”; “que me acompañe mi
amiga, me duele la panza”; “me hice popo”….
Comprendo que los profesores no
permitan a los ilustres estudiantes de secundario, o algún precoz de primaria,
el uso del baño ya que estos van a fumar, drogarse y, en el peor de los casos,
explorarse sexualmente. Pero… ¿Por qué dudar de un inocente niño de 6 años? No
va a fumar, no conoce lo que son las drogas, de suerte entiende un placer y de
seguro que sabe más de sexo que los de secundaria.
-“Profe!!! ¿Puedo ir al baño?”
-“No, ya toca el timbre”
Con el fin de la primaria y secundaria
comienza un mundo libre. Si sos estudiante universitario, terciario, cocinero,
etcétera, eres completamente libre de ir al baño cuando quieras, y no solo eso,
sino que eres capaz de ir donde quieras, mover las sillas, interrumpir la
clase; a los profesores ya no les importa. Ellos ya saben que vas a prender un
cigarrillo, que vas a tener nuevas experiencias sexuales, que te gusta la
marihuana. Prefieren que fumes o te drogues, al menos de esas maneras prestas
atención en clases.
En caso de tener la libertad en la
primaria o secundaria. ¿Entenderíamos el concepto rebeldía? ¿Entenderíamos los
conceptos de plenitud y placer? ¿Me permite usar el baño?
No hay comentarios:
Publicar un comentario